La Cofradia

Comienzos de Junio de 2004; Durante una salida al centro de Lima, algunos participantes de un taller de fotografía decidimos hacer una escala técnica en el bar Cordano; sentados en una vieja mesa del igualmente viejo bar; Butifarras van, café viene y el olor a historia de aquel bar que nos retiene, nos decidió a organizar nuestras propias "expediciones" fotograficas, con un añadido de aventura y buena meza.

Friday, March 25, 2005

Yo vi la luz!


Es Viernes santo y luego de una previa incursión fotográfica nocturna al centro de lima unos días atrás con mis "compañeritos" de La Cofradía, esta vez me aventuro solo, para hacer unas tomas que me faltan para un proyecto personal.

Hay demasiada gente, ya me han pateado el trípode varias veces y no he logrado ninguna buena toma, de pronto mientras merodeaba en la iglesia de San Pedro, veo a una persona muy quieta, arrodillada en un confesionario... es lo que estaba buscando!, armo el trípode pero... falta luz!, me percato que en la puerta del confesionario hay un interruptor (imposible que sea un timbre), así que lo presiono y zas! se enciende un foco al interior, la luz sale por entre las rejillas y le iluminan el rostro a esta persona que aun permanece quieta, es perfecto!, tomo una foto pero... como se vería si disparo un flash desde dentro?, la persona sigue quieta todavía, no se ha inmutado con nada! Tengo que aprovechar la oportunidad así que me aventure a meter la mano por una rendija encima de la puerta del confesionario que permanecía cerrada y con el obturador abierto de la cámara aun en el trípode disparo el flash... Ups!, En ese instante escucho una serie de gritos nada santos que provienen desde dentro del confesionario, la puerta se abre de golpe y sale un cura frotándose los ojos y maldiciendo en latín, arameo y castellano, La persona arrodillada empieza a mover la cabeza en todas direcciones como poseída; con los ojos totalmente abiertos y con una expresión de "Yo vi la luz!" (y ahora no veo nada!). Yo cojo mi flash, cámara, trípode y salgo raudamente de la iglesia antes que al cura se le pase la ceguera por exposición directa a un flash a corta distancia (y sin aviso) y pueda identificarme.

Que puedo decir... fue sin querer queriendo!... Cómo saber que había un cura dentro del confesionario? Si según me dijeron los viernes no hay confesión!... en fin!, las fotos salieron buenas (ambas!).

Carlos

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