Pesadilla de una Noche de Verano
La famosa calle Monte Umbroso, cuna de los arreglos luminosos, se encontraba relativamente cerca y muy propicia para experimentar. Al llegar nos decepciono un poco no ver nada muy espectacular como en años anteriores, pero ya estabamos allí, así que dejamos los autos en el parque al final de la calle y comenzamos a recorrer la misma en busca de alguna toma interesante, había movimiento en la calle; serenazgo rondando, alguien con una filmadora, bastante transito y algunas parejas tomándose fotos con los adornos iluminados, que convertían los jardines en una especie de bosque de cuento de hadas, que bien podrían haber servido como escenografía para una puesta en escena de "sueño de una noche de verano" - quien diría en ese momento, que luego ese "sueño" se nos convertiría en "pesadilla" - con algunas cuantas tomas en el haber, seguimos hasta el parque ubicado entre los Jirones Vizcardo y Monte Flor, ahí nos detuvimos un buen rato ensayando diferentes exposiciones sobre el monumento a Vallejo.
Las 9:15 y la noche no prometía mas; Jorge, Arturo y yo retornamos directamente al auto mientras Paul y Pilar dieron un rodeo para ver si tenían mas suerte por otro lado y vaya que si tuvieron suerte (pero de otro tipo).
Arturo con medio cuerpo dentro de la maletera estibaba la carga y Jorge disertaba sobre como adaptar un lente Nikon a una cámara Canon, yo me había sentado en el suelo tratando de desenredar un trípode que rehusaba entrar en su estuche. De pronto y de la nada; una camioneta 4x4 plateada con lunas polarizadas se detiene a nuestro lado, bajan tres sujetos con chalecos antibalas y antes que alguno de nosotros hubiera podido voltear a ver que sucedía, ya teníamos cada uno una pistola en la nuca, bueno; a excepción de Arturo a quien le toco un modesto revolver en la sien. Curiosamente el metal del arma no se sentía frío (en donde la habría tenido metida? este hijo de...). casi no dijeron nada.... pero cargaron con todo!, solo dejaron un trípode (por falta de cupo, supongo).
Sin poder hacer nada, a riesgo de que no quedara quien escriba esta crónica, tuve que presenciar como se robaban todos nuestros equipos fotográficos, y lo mas importante; como se robaban ...Mi Navidad!
Una vez hubieron arrasado con todo, esto sucedió en segundos, gritaban que les diéramos las llaves del auto, afortunadamente los bocinazos del ya congestionado trafico en la estrecha calle pusieron fin al asalto y emprendieron la fuga. Inmediatamente tratamos de comunicarnos con Paul y Pilar para que literalmente "corrieran por sus vidas" pues ellos se encontraban un poco mas adelante en el camino de los asaltantes. Curiosamente ambos celulares, de Jorge y Arturo (yo no uso), no tenían línea y no la tuvieron hasta unos 5 minutos después.
Cuando le dimos el alcance a Paul, este no sabia nada de lo ocurrido, pero lo encontramos maldiciendo a un "loco" que había pasado a toda velocidad en una 4x4 plateada y que casi lo atropella. Dos camionetas de serenazgo se aparecieron en el lugar alertadas por algún vecino que había reportado un "secuestro", luego; ya en la comisaria sentamos la denuncia, por supuesto con la unica finalidad de aparecer en las estadísticas (que figuretis, no?) y sin esperanza de recuperar nada, declaramos todo lo robado, bueno, casi todo; no quisieron asentar en el parte que también nos habían robado.... nuestro derecho a una Feliz Navidad!.
Carlos
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